Un buen día, en la combi.

Recuerdo que ese día fue muy malo. Discutí con mi mamá, con mi novio y por si fuera poco llegue tarde al trabajo. Me tuve que aguantar una buena amonestación. Era de esos días en los que te levantas con el pie izquierdo y todo te va mal.

Al fin, faltaban 3 minutos para que pueda largarme a mi casa y terminar con este trabajo tan aburrido en el que estaba. Segundo a segundo me torturaba yo misma y esos segundos se hacían cada vez más lentos. ¡Cinco en punto! Patitas para que te quiero. Me fui corriendo de ese lugar.

Caminando por las calles del Centro de Lima, en dirección a la Avenida Tacna. En eso un globazo me cae en la espalda. Genial, había olvidado que estábamos en carnavales y que agarraban de punto siempre a las mujeres. Volteé pero no vi al inepto que lo hizo, de  haberlo visto lo hubiese aniquilado en el momento. Camine con mi espalda empapada y mi cara convertida en ogro. La gente miraba y se reía. Sabían lo que había pasado, pero de una forma u otra les terminaba causando gracia. ¡Ja,  ja que gracioso!

Cuando llegue al paradero sólo quería subirme a la combi de una vez. Felizmente llegó rápido. Entré y recuerdo que pensé: Que comience la función en estas cuatro llantas del terror.

Extrañamente encontré un asiento libre a esa hora. Qué suerte la mía. Después de todo necesitaba uno urgentemente porque me esperaba un viaje de 1 hora y media aproximadamente.

Por inercia, busqué mis audífonos. Cuando me percaté de un dato muy curioso, la combi tenía como música de fondo una de mis radios favoritas: Oxigeno. Se escuchaba la voz de esa cantante que usaba conos como sostén, “like a virgin heyyy, touch for the very first time...”

Veo que se me acercaba ese hombre, que como muchos otros igual que él, discutían y se quejaban día a día de ellos y su manera de trabajar. No, no son los padres de nuestra patria, ni los que calientan el asiento en el congreso, sino los cobradores. - Señorita disculpe, pasajes por favor- Me dejó atónita cuando escuché la palabra mágica que parecen no conocer la mayoría de estos. Saqué 1.40, y me preguntó, la pregunta que todos odian escuchar - ¿A dónde va señorita?- Yo obviamente exasperada por esa preguntita le dije: Voy al Jockey, ¿no me pedirás que te pague más supongo? Me miró y con una sonrisa casi tierna me devolvió 20 céntimos.

Después de ese incidente decidí buscar algún defecto a esa combi que me parecía muy buena para ser verdad. No encontré ninguno. El conductor manejaba como chofer de bus escolar, el cobrador ni conductor tenían complejo de llamas, nadie arrojaba basura a la calle. Nadie olía mal y nadie entró con las “manos vacías” a ofrecernos algo.

Llegué al Jockey pensando que de repente existe un rayito de esperanza para nosotros. AVISO A LA COMUNIDAD: SÍ ALGUIEN HA VIAJADO EN UNA COMBI PARECIDA A ESTA, O EN ESTA MISMA, HÁGANMELO SABER, ASÍ PUEDO CREER QUE ESE DÍA NO VIAJE EN UNA COMBI QUE PERTENECE A UN UNIVERSO PARALELO O ALGO PARECIDO. 

4 comentarios:

  1. Yo viaje en una parecida, me pareció demasiado raro ya que el cobrador era muy atento con todos los pasajeros. No cobraba de más y le avisabas tu paradero con anticipación y se acordaba y todavía te avisaba! En fin ¿habremos viajado en la misma? yo creo q de repente tenemos un rayito de esperanza como dices.

    ResponderEliminar
  2. Hasta que no me suba a ese micro, para mi si estuviste en un universo paralelo!!

    ResponderEliminar
  3. De que las combis (y coasters) con cobradores y/o choferes amables y educados existen, no hay duda alguna: Si bien son contadas, hasta en las peores rutas (Chama, "S", etc.) es posible encontrarnos con ese rayo de esperanza, y puedo dar fe de ello.

    Ahora, si subiste en Tacna, diste S/.1,40 y el cobrador te preguntó hasta donde ibas... supongo que fue porque desde Tacna hasta su paradero final (Ceres) el pasaje debe estar S.1,50. Aunque, en este caso bajaste en el "Yoque" xD (Cobradores dixit), por lo tanto, el pasaje era S/.1,20.

    Salu2

    ResponderEliminar
  4. Déjeme decirle señorita autora de esta entrada, que es sobre exagerada la manera en cómo adorna sus oraciones, que aunque usted crea que no, tiene muchas faltas de ortografía y que por tanto no se crea la señorita intelectual que muy desde lejos se puede percibir usted cree que es.

    ResponderEliminar