¡Al fondo hay sitio!

¿Nunca te ha pasado que cuando subes al micro esta vacio, pero en cuestion de minutos se llena? Pues esta es mi historia.

Sube, sube. Me dijo el cobrador, y yo, como oveja que lleva el pastor, obedecí.

Todo iba bien. No hacia calor, tenia espacio, y aunque estaba parado, me sentía cómodo. ¡Todo Javier Prado, Arequipa, Vía expresa, Magdalena! Gritaba aquel tipo de camisa holgada y pantalón suelto. Poco a poco el carro se iba llenando. La situación se tornaba incomoda, y yo, cada ves más, me iba sintiendo como atún de conserva. El calor ahí dentro era insoportable, y como si fuera poco, luchaba por mantener el equilibrio.

Llevaba conmigo mi morral, colgado al hombro, con la mano derecha me sujetaba del barandal y agarraba el periódico, y con la izquierda sostenía los libros que tenia que estudiar.
Me incline un poco para ver en donde me encontraba, y me percate que ni siquiera habíamos pasado el Puente Quiñónez. Mi destino era la cuadra veinticinco de Salaverry, y haciendo un rápido cálculo del tiempo suponía que me quedaba, aun, treinta o cuarenta minutos de viaje.

Eran las siete y quince y el sol todavía no estaba en su máximo esplendor. Allí afuera hacia frío, pero aquí dentro estaba más caliente que el maldito infierno. El aire era pesado, caldeado. Las ventanas estaban empañadas y nadie era capaz de abrirlas para que entrara un poco de aire fresco.

Cuando por fin tuve la oportunidad de sentarme, le brinde el asiento a la chica que estaba a mi costado. Pobre, estaba peor que yo, haciendo malabares y soportando los toqueteos de los hombres que pasaban por su costado para bajar o subir del carro. No buscaba hacerle el habla, así que solo le dije. Siéntate, yo estoy mas cómodo así. ¡Mentira! Yo también luchaba por no caerme, pero como todo hombre, podía aguantar un poco más.

Como es la vida ¿No? Cuando uno piensa que las cosas ya no pueden empeorar, ¡Empeoran!. Un viejo regordete subió al carro empujando a medio mundo para poder entrar, Se puso detrás de mí, dándome la espalda. Su enorme ser me empujaba hacia delante, incomodando a la pobre chica que trataba de estudiar. A ver. Pague con sencillo por favor. Dijo el cobrador. Pasaje, pasaje, pasaje. Grito, dirigiéndose a mí. Como si no lo fuese a escuchar. No ves que no puedo ni moverme y quieres que te pague justo ahora. Le dije. No pe’ choche. No pienses que no vas a pagar pe'. Después se hace el tercio y no paga. Así son ustedes los limeños pe', vivos se creen. Me respondió con cierta cacha. Oye, no jodas quieres. Después te pago, y doble si quieres. El tipo me miró con cara de pocos amigos y como serpiente que se escabulle en la maleza, desapareció.

Baja Salaverry. Dijo una señora con voz chillona, dándome cuenta que por fin había llegado a mi destino. Trate de salir sin incomodar a nadie, pero era una misión imposible, me abrí paso a empujones. Cuando llegue a la puerta, aquel tipo con el que hace un rato había discutido, agitaba las monedas que tenía en la mano de manera frenética. Me quedo mirando fijamente. No me dijo nada. Me baje, y cuando ya había cruzado la pista, recordé que no le había pagado.
Al final, me tenía que pasar algo bueno. Aunque ya estaba llegando tarde a clases.


Este es el momento que nos cuentes tu version de “Al fondo hay sitio”, vamos, no seas timido.

9 comentarios:

  1. Es cierto lo que dices urbanfunker los cobradores se pasan de pendejos metiendo más gente de lo que deberian llevar, si es por ellos llevan gente en el techo, pero bueno frente a eso lo único que podemos hacer es esperar al Metropolitano...xD

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  2. Detesto que los cobradores llenen las combis al punto que respiras el mismo aire de otro, que tus piernas estan entrecruzadas con otras, que apenas puedes mover tus pies y ni que hablar de tus brazos, es realmente una de las peores experiencias, sin aire, sin poder moverse sin contar los golpes, empujones, codazos y pisotones que tienes que soportar cuando alguien quiere bajar.

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  3. Por mi parte, podria decir que viajar en combi es lo peor de lo peor. Yo como mujer, no soporto tener a algun desconocido tan cerca de mi, y lo que realmente me llega es el edor que emanan ciertas personas. Aggg, eso es de lo mas out!.

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  4. En mi opinión, la culpa en estos casos se reparte en un 60-40, 40 del cobrador que hace de todo para que suban a su vehículo y 60 de las personas que suben a pesar de ver el carro reventando. Luego, son estas mismas personas las que más se quejan de que no pueden respirar, sacar su pasaje, mantener el equilibrio, etc. Dense una vuelta más en una combi y diganme si no es cierto lo que les digo compañeros.

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  5. Yo tambien coincido con pablo perruno, es muy cierto. Nos quejamos del olor de las otras personas, de lo apretados que estamos, pero se han puesto a pensar pq la gente sigue subiendo a una combi donde no hay espacio para nada? Por otro lado tambien tenemos el hecho que todos queremos llegar rápido a nuestras casas, institutos, universidades, trabajos, etc. y si nos ponemos a esperar una combi vacia (sobretodo en hora punta) mejor nos jalamos un banquito pq la espera será larga. Es la otra cara de la moneda.

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  6. Las combis no debºrias ya de ºxistir, e pone d las humor subirme a una, el olor, la gente...el idiota del cobrador q pretende q la gºnte este parada y apretada, es un asco

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  7. Bueno yo estudio Arquitectura y por cosas de valentia me animo a llevar mis maquetas, materiales, portafolios , etc en micro. Los que han visto a los que estudian esta carrera podran afirmar que parecemos EKEKOS con tantas cosas encima. En una oportunidad llevaba unos cartones enormes y unas maquetitas y tenia las manos full, estaba parada y algo lleno el micro. Recuerdo que el cobrador me dijo amiga arrimate , al fondo hay sitio (la tipica). Lo mire con una cara que casi me lo como vivo.
    Cosas ilògicas como esas son las que pasan en los micros!!

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  8. Muy Bueno! pero paga tu pasaje no seas Rata ;)

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  9. hace 3 dias subi a una combi del ov quiñones a angamos (tipica ruta q utilizo para ir a la toulouse) y bueno en principio m recogio y subi un toqe atras porqe no m gusta pararme en una combi para ceder asiento y a la altura de republica de panama con angamos sube una señora con su bebe y 2 bolsas y m parecio hasta el culaso q nadie se parara o si qiera ayudara a la señora(por primera vez vi al cobrador hablar sin q nadie le hiciese caso) y m sente adelante unicamente para q la señora estuviese comoda.
    A los pocos minutos a la altura de la univ san martin qiere subir una flaca en minifalda y los DOS WEBONASOS se qisieron mover para q se sentase la flaca, les digo su vida, la flaca va dond la señora y obtengo su tarjeta de presentacion. Ocurre q la señora a la q ayude era la dueña de una imprenta en wilson, tenia el carro malogrado y estaba cuidando a su nieta de imprevisto unicamente para ayudar.
    Gracias a esos webonasos tengo un super dscto en impresiones :D
    Lo simpatico paso que al bajarme el cobrador no m cobro el pasaje y con eso si consagre mi lunes como un buen dia hasta que llegue a clases y me pidieron el usb que habia perdido en la combi U_U

    cheers

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