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Oda al cobrador

A ellos que aguantan todo por el pan en su mesa.

Es difícil tratar de entender a estos personajes. Digo personajes, porque son desde insoportables hasta graciosos, y tienen una forma muy particular al hablar que creo que si Martha Hildebrandt se topara con uno de ellos moriría de un infarto.

Así son, insoportables, altaneros, graciosos, y muy criollos sobre todo. Los cobradores del Perú señores, a los que no se les escapa nada, los que te inventan miles de excusas con tal de fundamentar la subida del pasaje, y los que te ponen miles de trabas con tal de combatir con el pasaje medio.

A veces me da la impresión que provienen de un planeta totalmente distinto con sus propios dialectos. Van desde las palabras claves que hablan entre ellos y el datero que nadie entiende hasta la forma de pronunciar cada palabra. Después de subirme a tantas combis logré detectar que algunos cortan las palabras, por ejemplo si piden: pasajes, esa palabra llega a nuestros oídos como: “shajes” , incluso algunos agregando la “sh” en cada palabra. Otro ejemplo, es cuando dicen paguen con sencillo es traducido a: paguen con “cío”, paguen con “cío”. Podría pasarme todo el día dando ejemplos de estos casos, pero lo dejaré para otra oportunidad.

Estos seres, que la mayoría del día paran más sucios que limpios, y que algunos emiten peores olores que otros tienen algo en particular hoy en día: la salsa y el reggaetón. Cobradores podemos encontrar en la mayoría de casos del género masculino, sus edades oscilan desde los 18 aproximadamente hasta algunos más de 50. Este grupo se dividen en dos, los salseros y reggaetoneros. Los que escuchan salsa son los que se la pasan cantando con mucha pasión “por la esquina del viejo barrio lo vi pasar...lentes oscuros pa´que no sepan que está mirando”. Sabemos que los que escuchan reggaeton son los más jóvenes. Se pueden identificar porque al escuchar ciertas canciones como “pam, pam pa´ las mujeres” o “Dame con-con dame tacto-tacto” podemos ver de pronto como sus cuerpos empiezan a bailar eléctricamente.

Encontré en mi recorrido al sector de malcriados, aquellos personajes que están acostumbrados a escuchar cosas como, “¿oye tu no tienes madre desgraciado?” , o “porque no te vas a la .... de tu madre”, (me pregunto cuantas veces al día estarán mencionadas las pobres madres de estos hombres). Otra frase que suelen escuchar mucho es “oye tu tas bien pend...” y es que hay que reconocer que algunos se pasan de eso y demasiado. Sin embargo, ellos se han vuelto inmunes a los insultos, no les afecta nada, ya están curtidos, tanto así que ahora cuando alguien los insulta, ríen más no se molestan. Ya no les queda de otra, ya todo se les ha dicho.

No quería olvidarme de tocar el tema de las heroínas, las cobradoras mujeres. Ellas que siempre son comparadas con las féminas policías que no se dejan coimear, en este caso estas mujeres no se dejan regatear por nada ni nadie. Para ellas no existe el famoso “china a la esquina” ellas son menos piadosas que los hombres. Cabe mencionar que son igual de aguerridas que ellos.

Por último quiero mencionar la contra parte de esta historia. Estos personajes serán (en algunos casos o gran parte de ellos) unos salvajes, malcriados, altaneros, criollos y todo lo que quieran pero también tienen familias a quien alimentar. La gran diferencia es que ellos lo hacen soportando una gran cantidad de insultos y malos tratos siempre con la cabeza en alto.